En Colombia, el keynesianismo obtuvo una aceptación muy grande porque era compatible con la cultura del continente de fuerte centralismo político, escasa disciplina de ahorro y de inversión en sectores aparte del agrícola, además la creciente ola de economistas colombianos educados en el exterior veían en el intervencionismo y el gradualismo la mejor manera de estabilizar la economía de las terribles fluctuaciones del mercado.
En la reforma constitucional de 1936 quedo consignado sobre el intervencionismo: el Estado podrá intervenir por medio de leyes en la explotación de industrias o empresas publicas o privadas, con el fin de racionalizar la producción, distribución y consumo de las riquezas, o de dar al trabajador la justa protección a que tiene derecho.
En la reforma constitucional de 1936 quedo consignado sobre el intervencionismo: el Estado podrá intervenir por medio de leyes en la explotación de industrias o empresas publicas o privadas, con el fin de racionalizar la producción, distribución y consumo de las riquezas, o de dar al trabajador la justa protección a que tiene derecho.